Mi identidad como maestra, tiene sus inicios en mi vida escolar, en todos los años que he pasado en el colegio, en mi formación universitaria y mi relación en el mundo laboral. Para entender todo mucho mejor empezaré desde mi vida escolar, como eje principal de mi identidad profesional en la educación. Mi primera etapa de educación infantil fue en el centro Jesús Divino Obrero, donde añoro mis primeros pasos educativos, luego en el colegio Beata Filipina, donde guardo maravillosos momentos y recuerdos. Después donde más tiempo pasé fue en el Colegio Amanecer, donde guardo grandísimos recuerdos, espectaculares momentos, óptimas experiencias y ¡unos excelentes profesores!
Después el siguiente paso fue la Universidad Ces Don Bosco donde estudié magisterio de educación infantil, destacaría el profesorado, mis compañeros que se convirtieron en amigos y por supuesto la experiencia de prácticas, fue algo apasionante. Mi etapa en la Universidad es lo que ha ido marcando mi forma de ser como maestra. También es muy importante mi pasión por la educación desde pequeña y como he aprendido lo importante que es la cercanía y amor hacia tus alumnos.
Soy profesora porque soy y quiero ser profesora, porque me encanta la educación, porque creo que cada maestro debe tener miligramos de emoción, imaginación, paciencia, creatividad, armonía, alegría, serenidad…porque quiero aportar mi granito de arena para formar a las futuras generaciones, porque no creo en el estrés ni en la depresión del profesorado, porque como dice un gran profesional no hay maestros buenos y malos; hay maestros y “ no maestros”, aunque ambos se dediquen a la docencia. Creo que tenemos una importante función para cambiar la sociedad y transmitir los mejores valores.
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